Paz y bien!
Quizá sea el frío… quizá la soledad de la noche… quizá los pensamientos que vienen y van… pero esta noche necesito escribir!
Y… hacía tiempo que no sentía la necesidad, ni las ganas de hacerlo…
Aquí, sentada en el acogedor, pero frío, salón de mi casa, tomando una sopa caliente (con los guantes puestos), mientras dejo a un lado el ordenador y los numerosos informes que tengo pendientes, contemplo las dos velas de adviento que ya hemos encendido….
Me asaltan cantidad de pensamientos y sentimientos, cantidad de sueños y decepciones, cantidad de locuras y desengaños… Pero todo ello… desde una paz serena y confiada…
El tiempo de Adviento, es un tiempo precioso, un tiempo de soñar, de esperar, de creer en imposibles, de confiar, de decir sí a las locuras que propone el evangelio!! Este tiempo, durante años lo he vivido con una pasión especial, creía en él, creía que al creer en los milagros, éstos sucederían, como dice el guerrero de la luz y el evangelio y tantísimos momentos! Creía que si era capaz de vivir con pasión y esperanza el Adviento, llegaría una Navidad diferente! Llegaría la Navidad!!
Ahora, tras unos cuantos años cargados de experiencias, no soy capaz de vivirlo igual. No me atrevería a decir que aquello era más real, ni que lo sea esto. El tiempo, nos enseña, nos pacifica, nos quita de la cabeza algunos sueños, y en ocasiones especiales nos despierta otros nuevos…
Aunque…. normalmente… la sociedad y la vida nos increpan para hacernos callar, al igual que al ciego Bartimeo, y la mayoría de veces…. al contrario de lo que hizo él… nos callamos y dejamos que Jesús pase de largo por nuestra vida, sin arriesgar, sin gritar, sin vivir!
Os animo, y me animo a mi misma, a no dejar de gritar!! A disfrutar y Vivir este tiempo de Gracia! Este tiempo de Adviento! Si intuis donde está Jesús, si sabéis que está cerca de vosotros, que está pasando por vuestro lado… GRITAD tan fuerte como podáis! Los planes de Dios… suelen ser locuras… suele pedirnos que arriesguemos… Preguntadle a María si no?!! Seguro que decir Sí a engendrar al Hijo de Dios no fue tarea fácil, pero… se fió… confió en lo que parecía imposible…
Aún nos quedan dos semanas! Aún quedan dos velas apagadas… Aprovechemos este tiempo! Y al encender cada vela, pidamos que se encienda también nuestro corazón! Que Él encienda también la luz dentro de nosotros, para saber por dónde y cómo hemos de caminar! Para saber que Navidad hemos de esperar!
¡¡Feliz tiempo de Gracia!!
¡¡Feliz tiempo de Adviento!!